Linda Trepanier, una enfermera compasiva de Minnesota, EE. UU., se embarcó en un viaje valiente al adoptar a bebés gemelos que nacieron con una rara deformidad genética. Matthew y Marshall Trepanier, que ahora tienen tres años, padecen el síndrome de Pfeiffer, una afección que provocó que los huesos del cráneo se fusionaran prematuramente en el útero, lo que resultó en cabezas deformes y de gran tamaño. Estos adorables niños capturaron el corazón de Linda cuando los vio por primera vez.
Inicialmente, Linda se convirtió en su cuidadora de crianza a la tierna edad de cuatro semanas, ya que sus padres biológicos no podían brindarle la atención adecuada. Reconociendo la dedicación y el amor de Linda por los gemelos, los servicios sociales se acercaron a ella con la idea de la adopción permanente. Linda, sin embargo, no podía soportar la idea de separar al dúo inseparable y decidió adoptar a ambos niños de todo corazón.
Linda recuerda el momento en que vio a los gemelos por primera vez y los describe como los seres pequeños más adorables que jamás había conocido. Sus pequeños cuerpos, que pesaban solo 8 libras, contrastaban con sus cabezas de gran tamaño. Fue una conexión instantánea, y Linda supo en el fondo que estos niños estaban destinados a ser sus hijos.
Aunque la decisión de Linda fue recibida con escepticismo por parte de familiares y amigos que pensaron que debería estar ansiosa por jubilarse, se mantuvo firme en su determinación de proporcionar un hogar lleno de amor para Matthew y Marshall. Con su experiencia como enfermera, Linda se sintió equipada para manejar los desafíos que presentaba su condición. Ella reconoce que sus necesidades únicas habrían dificultado que un padre normal los cuidara. Sin embargo, la experiencia y la compasión de Linda como enfermera le permitieron brindar el cuidado y la atención especializada que necesitaban los niños.
El síndrome de Pfeiffer, el raro defecto genético heredado de su padre, afecta la estructura facial y craneal de los niños. Además de sus cabezas deformes, Matthew y Marshall también sufren graves deformidades en manos y pies, articulaciones fibrosas, frentes altas, orejas desplazadas y ojos saltones. Su condición requiere atención las 24 horas, citas médicas periódicas y numerosas cirugías para remodelar los huesos del cráneo fusionados.
El compromiso inquebrantable de Linda con los gemelos es evidente en su rutina diaria. Ella revisa diligentemente sus temperaturas cada pocas horas, asegurándose de que estén protegidos de infecciones. Por la noche, los asegura firmemente en la cama para evitar que accidentalmente se quiten los tubos de respiración. Estos tubos proporcionan una vía de aire directa a sus pulmones, lo que hace que incluso un resfriado común o una gripe sean potencialmente mortales. Linda lleva un tanque de oxígeno cada vez que se aventuran al aire libre, preparada para cualquier emergencia que pueda surgir.
Mientras que Matthew y Marshall enfrentan desafíos importantes, Linda cree firmemente que con la atención adecuada, pueden llevar una vida independiente. Ella ha sido su devota cuidadora desde su llegada en 2014 cuando comenzó a cuidarlos. El mes pasado, su adopción finalizó oficialmente, solidificando el vínculo inquebrantable entre Linda y sus amados hijos.
El altruismo de Linda se extiende más allá de Matthew y Marshall, ya que ha estado cuidando y criando a un total de 16 niños desde que dejó su carrera como enfermera regular en 1986. Apoyada por enfermeras registradas y sus otros tres hijos adoptivos, Linda sigue dedicada al propósito de su vida. de brindar amor y cuidado a los niños necesitados.
A través de las sonrisas y la risa contagiosa de Matthew y Marshall, Linda encuentra alegría y satisfacción en su papel de madre. Su inmenso amor por estos chicos ha tocado el corazón de todos los que los conocen, demostrando que ante la adversidad, el amor inquebrantable puede superar cualquier desafío.
El corazón de la madre de Linda se volvió extremadamente fuerte cuando vio a estos dos angelitos. A primera vista, se dio cuenta de que Matthew y Marshall eran los niños más adorables que había conocido. “Cada vez que veo a estos gemelos, inmediatamente me enamoro de ellos. Tienen cabezas grandes y cuerpos pequeños. A pesar de que pesan 8 libras, sus cuerpos son solo del tamaño de bebés. , por lo que la mayor parte de su peso proviene de la cabeza”, dijo Linda.